En el año 1939, un piso de París fue cerrado con llave y abandonado. Muchos años después se abrió la puerta y el hallazgo dejó a todos los presentes con las bocas abiertas de la sorpresa. Es suficiente una primera vista para darse cuenta de que no es un piso común como todos los demás. Permaneció desolado durante muchos años y fue más de medio siglo después que se volvió a recordar de él.
Abandonar su casa debía haber roto el corazón de la Madame de Florian de 23 años. Era el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y lo más probable es que recibió noticias de parte de alguien prójimo que los Alemanes tomaron dirección a París.
Para sobrevivir, recogió con prisa los bienes más indispensables y tomó rumbo hacia la zona libre de Francia, que se encontraba más al sur y se extendía desde las cercanías de Vichy hasta Marsella y la frontera con España.
Y aunque nunca más esta señora volvió a ver su piso en su vida, siguió pagando el alquiler durante toda su vida. Murió a la edad de 91 años en el año 2001.
Fue después de la muerte de Madame de Florian que las primeras personas empezaron a interesarse por la vivienda. Contrataron al subastador Olivier Choppin-Janvry para inventariar los muebles del piso.
Teniendo en cuento todos los años que pasaron desde la última vez que alguien habitó allí, Olivier y su equipo tuvieron que sufrir un ligero choque cognitivo cuando se abrió el último cerrojo y la puerta les permitió ver lo oculto durante décadas.
Al entrar parecía que se hubiera entrado en una época diferente y que el tiempo se hubiera parado. El olor de polvo estaba suspenso en el aire y las telarañas dominaban el paisaje. Los estanterías contenían tesoros de los principios del siglo XX.
La cocina todavía estaba equipada con platería, cristalería y otros equipos esenciales por aquel entonces. Las obras de arte estaban descolgadas de las paredes, como si la propietaria estuviera preparándose para llevarlas pero se quedara corta de tiempo.
Este tocador diseñado minuciosamente todavía contenía los cepillos, los utensilios de maquillaje y las botellitas con perfume, como si todo este tiempo esperaran a la vuelta de su elegante ama.
En la esquina se pudo encontrar muñecas enormes de Mickey Mouse y el puerco Porky. Eran un reflejo de la época y hay que decir que el señor Walt Disney estaría encantado de verlas.
Pero el hallazgo más intrigante y sorprendente fue la pintura de una mujer de belleza excepcional con un vestido de noche rosa. Una investigación adicional reveló que el personaje era la propietaria anterior del piso, Marthe de Florian, quien resultó ser la abuela de Madame de Florian. El artista fue desconocido durante mucho tiempo, pero finalmente se le entregó la autoría al pintor italiano de aquella época - Giovanni Boldini.
Marthe de Florian era una actriz bien conocida en París. Vivía una vida de lo más lujosa, como representante de la “sociedad alta” a finales del siglo XIX. Fue conocida por una gran cantidad de romances. En el piso se encontró muchas cartas de amor de sus amantes, atadas cuidadosamente con cintas de diferentes colores. Son prueba de los muchos pretendientes que tuvo, incluyendo varios primeros ministros y presidentes de Francia.
Marthe, además de ser la musa del cuadro de Giovanni, una de las cartas de amor revela que era también la ama de su corazón. La provocativa obra fue pintada en 1888, cuando Marthe tenía 24 años. Después de ser descubierto en 2010, fue subastado por 3,4 millones de dólares - el cuadro más caro de todas las obras de Giovanni. Y con el precio de todas las preciosidades de la casa se podría haber comprado mucho más que aquel piso.
El desorden del piso era comprensible - especialmente dadas las circunstancias de la Segunda Guerra Mundial, eran efecto de la prisa de Madame de Florian por abandonar la casa y buscar refugio. Aunque la pregunta que todavía está sin resolver es,
¿por qué decidió no volver nunca jamás? ¿Y por qué continuaría pagando el alquiler metódicamente durante los siguientes 70 años?
