Somos conscientes de que estas conclusiones pueden decepcionar a más de un lector, sobre todo, aquellos que creen que esos gemidos tan “placenteros” que emiten sus parejas son el resultado directo de su inigualable pericia sexual. Bueno, en la mayoría de los casos no es así. Pero espera… no nos culpes, los responsables de estas conclusiones fueron científicos de la Universidad de Central Lancashire y de la Universidad de Leeds, en Inglaterra.
¿Un 80% de las mujeres fingen gemidos?
Así que olvídate de que eres una máquina en la cama. Lo concreto es que los investigadores han descubierto que muchas de las mujeres fingen sus gemidos durante el acto sexual habitualmente. Los responsables del estudio no tuvieron tapujos al revelar que estos gemidos no son por placer, sino para hacer creer a sus parejas que han alcanzado el clímax, o para acelerar el orgasmo masculino.
El estudio del que se obtuvieron estas polémicas conclusiones fue realizado a 71 mujeres heterosexuales con edades comprendidas entre los 18 y 48 años, y sexualmente activas una serie de preguntas relacionadas con el tipo de expresiones y sonidos emitidos durante el acto sexual. Los doctores Gayle Brewer y Colin Hendrie quisieron saber por qué las mujeres recurrían a estas vocalizaciones y en qué momento del acto sexual decidían emplearlas.
Así las cosas, los resultados no resultaron muy halagadores para los hombres, ya que se evidenció que cuatro de cada cinco mujeres apelaban a fingir estos gemidos, por lo menos la mitad de las veces en que no podían llegar al orgasmo.
Fingir para acelerar el proceso
Pero esto no fue lo único que mostraron los resultados del estudio. Estos falsos gemidos y ciertas palabras de ánimo tienen como objetivo acelerar el proceso sexual, sobre todo, debido a la fatiga, el aburrimiento, o diversas molestias, pero no una expresión directa de la excitación sexual.
Quizá lo más sorprendente de esta investigación, está en el hecho de que –a diferencia de lo que creen muchos hombres–, los escarceos sexuales son los que tienen la última palabra en muchos orgasmos femeninos, dejando en segundo plano el acto sexual propiamente dicho.
Según estos resultados, el mundo del cine no es el único en el que las mujeres se ven obligadas a fingir orgasmos y, a juzgar por el conseguido por Meg Ryan en Cuando Harry conoció a Sally, algunas lo hacen bastante bien.
¿Crees que los resultados obtenidos por Brewer y Hendrie muestra una realidad en las tan naturales relaciones?