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Cosas que no sabías de Jimi Hendrix


1 – Hendrix, James Hendrix 

Johnny, James, Maurice, Jimmy. El Hendrix que conocemos tuvo todos esos nombres cuando no lo conocíamos, a saber: Johnny le puso la madre después de su nacimiento, James Marshall le puso su padre, Maurice y Jimmy James se bautizó el mismo en aquellos años ingleses de zapadas para unos pocos parroquianos. Por suerte, los nombres de pistoleros pedorros no le cuajaron y Chas Chandlar, bajista de The Animals y autodenominado descubridor de Hendrix, lo convenció de abandonar la estupidez para que se dé un nombre más memorable que confundiría a más de un poser de allí en más: Jimi, a lo indio. 



2 – El ignoto taxista y sus herederos posiblemente millonarios 

Si prácticamente todo el planeta afirma que Axis: Bold as Love es una brutalidad imposible de igualar, imaginate lo que hubiera sonado de haber salido con la mezcla que el propio Hendrix laburó durante horas y horas. Lamentablemente, sus celos excesivos sobre la mezcla final del lado 1 del disco hizo que se lleve las master tapes a una joda, movida muy inteligente que terminó como todos menos él podían prever: para el carajo. Hendrix se pidió un taxi después de salir del estudio, se fue de partuza y, al bajarse del auto, se le olvidaron las cintas en el asiento. 
Pero... ¿Dónde quedó esa mezcla? Lo más probable es que en la basura del taxista o vendida por trillones de Bitcoins. El único testigo de aquel remix es If 6 was 9, la única canción de esa mezcla que se salvó gracias a Noel Redding y que fue recuperada luego de planchar las cintas de un backup que parecía arruinado. 



3 – El superdueto que no fue 

Para un supertipo/violero/ángel eléctrico drogota como Hendrix, tirar una obra maestra tras otra parecía tan sencillo como eructar. Viendo su prolífera carrera, muchos de nosotros nos hemos repreguntado ¿cómo mierda lo hacía? ¿cuántos discazos se murieron con él? Y si bien este tipo de preguntas imbéciles nunca tienen respuesta, sí sabemos a ciencia cierta de uno que se fue a echar la siesta de tierra con él: un dueto con Miles Davis, una suerte de Bitches Brew pero con más ácido encima. Dos desencuentros llevaron a que nunca quede nada grabado. El primero se dio luego que Miles no pudiera llegar a la casa de Hendrix debido al tráfico infernal que separaba la Isla de Wight donde el primero había tocado y la casa del segundo. El segundo desencuentro fue más, em, permanente: Hendrix se murió mientras Davis estaba del otro lado del charco esperando en el estudio. 



4 – La cárcel o la colimba 

A esta altura, es vox populi que Hendrix entró en el ejército a comienzos de los 60 después de dejar el secundario (stay in school, kids). Lo que muchos no saben es por qué se decidió a meterse ahí. La razón lejos está de ser el patriotismo o la devoción por el Tío Sam. A Jimi lo habían enganchado robando autos y el juez que lo condenó le dio dos opciones: a la sombra por dos años o el mismo tiempo en el ejército. Hendrix, tal vez temiendo por su integridad rectal, se metió en la segunda opción y fue asignado a la división de paracaidistas. Extrañamente, solo cumplió un año del tiempo establecido, ya que fue dado de baja. Según el propio Hendrix, lo dejaron ir por una lesión en el tobillo. Según el ejército, lo rajaron por desmadrozo. 



5 – La mejor publicidad 

Como estará de comercializado el mundo musical hoy en día que hasta Billy Joe Armstrong tiene una Gibson signature. Sí, hoy cualquier figurita es comprado por unos mangos y usado como cara para vender guitarras, púas y cualquier otra cosa que imaginen los muchachos de marketing de Fender, Gibson, Ibanez, Jackson y demás. Pero en la época de Jimi, los músicos usaban los que mejor les iba o les sonaba, no un sponsor. Imaginate como habrá sido la cosa que la Fender de Hendrix hizo que muchos tipos empezaran a comprar la marca del bueno de Leo, porque, sí, seguro, es la marca de la guitarra lo que hacía que el tipo tocara así. 
Pero Fender no es la única marca que se vio beneficiada por Hendrix. Cansado de volarle los conos a sus amplificadores Sunn, Jimi los mandó al carajo y empezó a usar una marca que capaz te suene de algún lado y que se apoyó en zurdo para subir su popularidad. ¿Te tengo que decir que era Marshall? 



6 – Toco contigo, toco con todos 

Como todo músico que se precie, Hendrix hizo carrera tocando con todo el que se le cruzase, ya sea para ganar unos morlacos como para mejorar su técnica. En esa época (mediados de los 60s aprox.), el amigo Jimmy James tocó junto a Ike y Tina Turner, Sam Cooke, The Isley Brothers e incluso con Little Richard en una de las primeras peleas de ego electrificadas. Por supuesto, Little Richard no estaba dispuesto a renunciar a su estatus de estrellas ante este pibito que tiraba los brazos para todos lados para tocar un Mi. ¿Qué pasó? Hendrix se dio cuenta que tenía que empezar su propio camino si quería seguir revoleando las manos, así que se fue y formó Jimmy James and The Blue Flames. 



7– Aprendé, Summers 

No descubrimos nada al decir que Hendrix influenció a prácticamente todos los guitarristas que vinieron después de él. Pero tampoco es que decimos tanto al usar una frase tan trillada. Por eso es bueno hablar de las conexiones más directas de Jimi para entender hasta dónde se extendió su influencia. Uno de los casos más renombrados es el de Andy Summers, el violero de esa pequeña banda llamada The Police, que durante un tiempo hacia finales de los 60s fue pupilo del gran Jimi. No es que Andy necesitara tanto para mejorar su técnica (el tipo ya había tocado con The Animals e iba camino a hacer historia) pero ¿quién no puede tomar algunos consejos de Hendrix? La influencia, puesta en evidencia, es notoria en muchas canciones de Summers y de The Police, especialmente en esos ritmos sincopados tan hendrixianos. 




8 – Sin asomo de imitación 

Cuando se dice que Hendrix es inigualable, se lo dice por su forma de tocar y por su carisma al momento de prender fuego su guitarra o levantar minitas moviendo la pelvis al compás de un vibrato. Pero también se lo dice por su sonido único e irrepetible que fue una combinación de coincidencias y de búsquedas. Por un lado, el uso de una guitarra de derechos acomodada para su zurda prodigiosa hizo que los imanes de los micrófonos le den un sonido mutante. Eso se combinó con las invenciones delirante del gurú técnico Roger Mayers (no, no el padre de Tomy y Daly y de Los fanáticos nazis son superiores) que le presentó el fuzz que estaba creando para los Yardbirds y un octavador, que le añadieron una nueva capa a su sonido que miles de fumones alrededor del mundo agradecen hasta el día de hoy. 
"Este negrito la movía bastante. Que pena su color, ¿no?" 




9 – Preparate para más discos de Jimi 

Dicen por ahí que, al momento de su muerte, Hendrix dejó unas 300 canciones sin completar. Los bootleggers y los hendrixianos enfermos seguramente conocerán muchas de esas por sus actuaciones en vivo, pero sería ridículo no tener en cuenta que Jimi la gastaba en el estudio y la deliraba en la consola. Por eso, no es raro que cada tanto aparezca “nuevo” material del zurdo, canciones que nunca fueron acabadas y que las termina cualquier perejil para ganar algo más de plata. No obstante, no hay que temer: puede que haya gemas en el barro. Valleys of Neptune fue una buena sorpresa para los fanáticos y Stephen Stills dice que tiene un disco de zapadas con Hendrix que se había olvidado que tenía. Imaginate cuantos otros viejos quemados de la época pueden tener materiales similares durmiendo, esperando a que sus creadores los descubran y que los herederos de Hendrix se den cuenta que, sí, es tiempo de sacar otro disco póstumo porque ese nuevo yate que compraron no se va a pagar solo. 


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