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Niño crea y vende figuras de plastina para pagar escuela





Gómez Palacio, Durango.­ Luis Rafael Zamarripa Sifuentes es un joven escultor con muchas ganas de trascender con su talento: todos los días se coloca afuera de la panadería donde trabaja su madre para ofrecer sus esculturas de plastilina inspiradas en videojuegos y caricaturas. 
Con sus creaciones apoya con el gasto familiar y se paga sus estudios. 
Luis Rafael de cara redonda y cabellos ondulados, estudiante de primero de secundaria, instala su puesto en la calle Bravo del Centro Histórico de Gómez Palacio sobre unas cajitas de plástico. 
Allí se aprecia su obra: un gran número de personajes de televisión, caricaturas y videojuegos se ostentan junto a dos letreros: 
‘No tocar o desacomodar de su lugar’ y ‘Favor de no agarrar las figuras, 
pedirlas al encargado’. 
Las piezas cuestan entre 12 y 40 pesos, según la complejidad de su diseño. 
Su mamá cuenta que desde pequeño le gusta jugar y moldear plastilina: “recuerdo que la primera figura que hizo fue la abejita que venía en la plastilina Modelina. En eso empezó a entretenerse”, narró la progenitora. 

Su mamá, Adela, dice que le ayuda con los pasajes, para completar su almuerzo y pagar algunas cuotas de la escuela o comprarse zapatos. 
Antes de ser escultor, el muchacho le había dicho a su madre que se pondría a lavar carros porque se aburría de esperarla a las afueras de la panadería sin nada que hacer. Pero siempre, cargaba su plastilina para entretenerse cuando no había carros; un día decidió comenzar a vender sus primeras creaciones que eran perritos de diferentes razas. 
“¿Quién va a querer un perrito de plastilina?”, le cuestionó su mamá, pero no faltó quien se los comprara. Luego cambió sus obras por personajes populares de videojuegos y caricaturas. 
“Están bien feos hijo”, ­le volvió a cuestionar Adela­ “pero los niños sí los conocemos”, narró el pequeño. 

Asegura que sus personajes favoritos, los cuales ya se sabe de memoria, son los de Five Nights at Freddy’s. 
El jovencito amasa la plastilina, la hace bolita, la extiende, toma un cuchillo y corta partes, extrae otras, usa un palo para aplanar y moldear. Toca, da forma. Luego hace 
los detalles: usa un palillo, pintura, hace ojos, pinta cejas. Cuando alguien quiere agarrar algo, les dice que no se puede y sigue trabajando. 
Ahí mismo, al lado de la banqueta, Luis Rafael hace la tarea y no ha reprobado ninguna materia. Destaca en matemáticas y asegura que de grande quiere ser arquitecto y construir casas para las personas. 







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